Además de los actos oficiales de celebración, como cualquier fiesta popular, el Sanja Matsuri tokiota ofrece muchas oportunidades para capturar imágenes espontáneas que, difícilmente se pueden obtener un día normal. Pero en Japón aún se acentúa más este hecho
es el momento perfecto para capturar instantáneas inusuales o que rompen con los códigos de conducta que rigen el entramado complejo de las relaciones sociales en el país del sol naciente: Como el beso de una pareja en público, algo casi imposible de ver o la aparición de geishas, en Kioto es normal verlas por Gion o Pontocho, pero en Tokio es muy poco habitual.
En el próximo post, el excitante barrio de Shinjuku
Excelentes tomas, como a mí me gustan sin pose , como la vida misma, así de natural. Tengo ganas de ver el próximo post . Felicidades Tony
Gracias Tony, poco a poco iré desgranando Tokio, y aprendiendo cada día un poco más en esto de la blogosfera.