En el interior del parque tokiota de Yoyogi, se halla el templo sintoista de Meiji Jingu, uno de los emplazamientos más bonitos donde poder admirar los atuendos clasicos y la plástica, de una boda sintoista. Para llegar hasta el templo lo más rápido es mediante la línea de metro JR Yamanote. Hay que bajarse en la estación de Harayuku, cruzar el puente de Jingü-bashi e introducirse en el frondoso Parque de Yoyogi, donde tras salvar varios toris de dimensiones majestuosas, se llega a Meiji Jingu.
Suele haber bodas muy a menudo, pero sin lugar a dudas el mejor día para ir es el domingo por la mañana y a poder ser en primavera, donde seguramente toparemos con varias. La ceremonia es privada, no se puede ver. Pero si es posible observar a los prometidos fotografiarse en el jardín; momento ideal para ver con detenimiento los ropajes y el cuidado que prestan a cada detalle. La novia viste un kimono blanco como muestra de su pureza y va cubierta por una capucha también blanca denominada Wataboshi. El novio va con un kimono negro mucho más sencillo.
También es posible ver como los novios y el cortejo caminan por el patio hasta el interior del templo donde tendrá lugar la ceremonia nupcial, que sigue un protocolo muy parecido al cristiano. Las diferencias más destacadas son que aquí no se pregunta si alguien tiene algún motivo para que no se celebre el matrimonio, y que todo el mundo bebe alcohol (sake), al contrario que en la católica donde sólo el cura tiene capacidad para tomar la sangre de cristo.
Una vez finalizado el enlace, también es posible ver como los novios se fotografían con amigos y familiares junto a la entrada del templo
Tiene que ser todo un espectáculo, aunque sólo les veas pasar y hacerse fotos…
Un saludo 😉
Muy bonito Helena, y hay tiempo de sobras para mirar y disfrutar
Espectacular la penúltima foto!
Gracias Jaime
Vaya espectáculo! Nunca me habría cuestionado las diferencias entre un tipo de boda y otro… Pero, claro, todas son singulares. Coincido con Jaime Capote, gran imagen la penúltima!
Tiene que ser una pasada ver una boda, ya que los japoneses son muy meticulosos y perfeccionistas. saludos Tony