El espacio que antaño ocupaban arrozales y cotos de caza, es actualmente la avenida tokiota de Omotesando, un microcosmos único e irrepetible en el mundo. Aunque muchas guiás intentan compararla con los campos Elíseos de París; desde mi modesta opinión, tienen poco parecido, distan mucho en belleza y buen gusto, pero ambos lugares coinciden en emanar opulencia por doquier.
Esta amplia avenida es un canto al narcisismo, la sofisticación extrema, y a la epidemia del síndrome Peter Pan que asola en Tokio a jóvenes y no tan jóvenes, por lo kawaii (lo bonito). Hecho que adquiere tintes que caminan sobre la fina línea que divide la genialidad del ridículo; se pasa de la extravagancia al gusto más refinado con una facilidad asombrosa, que deja pasmados a los turistas occidentales y embelesados a los asiáticos.
Omotesando es un marco peculiar configurado por la fusión del rústico diseño urbano de Tokio, con obras geniales de la arquitectura contemporánea. Destacan el centro comercial Omotesando Hills de Tadao Ando, El futurista edificio de Prada por Herzog y de Meuron y el edificio de Tod´s de Toyo Ito. También encontramos junto a Omotesando Hills el Dojunkai Aoyama Aparto, el primer edificio de apartamentos que se erigió en Tokio después del terremoto que asoló la ciudad en 1923.
Hay que perderse por las estrechas calles que hay en los alrededores de la avenida de Omotesando, son un interesante compendio de tiendecitas, galerías de arte, peluquerías y encantadores restaurantes. Cat Street, es la perfecta transición entre Takeshita Dori y Omotesando, un paseo por ella es saborear los matices que hay entre la extravagancia y el gusto más exquisito
Para concluir el paseo por la zona, nada como visitar el templo de Meiji Jingu, pero eso será en la próxima entrada.
Que montón de gente, parece mentira que antes era un arrozal. Lo que debe de ser interesante son las callecitas que nombras que tendrán sus matices y su cultura….esperaremos la próxima entrada
Tony, las callecitass de los alrededores de Omotesando son realmente entrañables. Un abrazo
Ambiente es lo que no falta en estas calles! De ir seguro que me quedo largo rato mirando. Vaya que igual ni me hace falta habitación para dormir! Jejeje
Jose Alejandro, te aseguro que un viajero como tu aquí disfrutaría de lo lindo